Ha sido un año difícil para ser estudiante - pero también un buen año para resistir.

A medida que las escuelas han transicionado a la población estudiantil de una educación en persona a exámenes y aprendizaje en casa, nuevamente, las líneas entre “escuela” y “hogar” han sido borradas. Esto ha hecho cada vez más difícil para los estudiantes proteger su privacidad y expresarse libremente, ya que la supervisión en línea y otras formas siniestras de vigilancia y de tecnología disciplinaria se han esparcido. Pero los estudiantes están luchando en contra, y a menudo han ganado, y nos alegramos de haber estado de su lado.

Las estrategias investigativas para detección del fraude priva a los estudiantes de un debido proceso

A comienzos del año 2021, estudiantes de la Escuela de Medicina Geisel en Dartmouth fueron sorprendidos por una estrategia investigativa conducida por la administración. Las denuncias fueron basadas en una revisión deficiente de todo un año de registros de datos almacenados en Canvas, la plataforma en línea que contiene el currículum y demás información sustancial académica. Después de una examinación técnica, la EFF determinó que los registros podían ser fácilmente generados mediante la sincronización automática del material del curso con los dispositivos conectados a Canvas.

Cuando la EFF y FIRE nos dirigimos a Dartmouth y le solicitamos que se revisaran los registros de manera más exhaustiva—Lo cual la misma documentación de Canvas indica explícitamente que no debería ser usado para análisis de alto riesgo—fuimos rechazados. Con las carreras de diecisiete estudiantes de medicina pendiendo de un hilo, los estudiantes empezaron a organizarse. Al principio, las protestas en el campus, la carta a la directiva de la escuela, y las quejas de tratos injustos del comité estudiantil no tuvieron mucho impacto. De hecho, la administración universitaria se atrincheró, instituyendo una nueva política de uso de redes sociales que parecía destinada a acallar declaraciones anónimas que habían aparecido en Instagram, detallando las preocupaciones de los estudiantes con respecto a cómo se estaban manejando estas acusaciones de haber hecho trampa.

Pero poco después de que aparecieron noticias sobre el debacle en el Boston Globe y el New York Times, la administración, que falló en ofrecer al menos un ápice de un debido proceso a los estudiantes afectados, admitió que se habían excedido y retiró sus alegaciones. Esto fue una gran victoria, y nos ayudó a demostrar que con la presión suficiente, los estudiantes pueden ayudar a las escuelas a entender las maneras correctas e incorrectas de utilizar la tecnologías educativas. Estudiantes de todo el país se han puesto en contacto con la EFF y otras organizaciones de defensa de los derechos porque los profesores y administradores han hecho afirmaciones endebles sobre fraude basadas en registros digitales de plataformas de aprendizaje en línea que no mantienen un escrutinio.

La supervisión en línea comienza a retroceder —Pero la lucha no ha terminado

Durante 2020 y 2021, las herramientas de supervisión en línea vieron un incremento del 500% en uso. Sin embargo, las preocupaciones legítimas sobre lo invasiva que son estas herramientas, el potencial sesgo, y la eficacia también se han extendido, a medida que más personas se han dado cuenta de las maneras en que el software de supervisión automatizado, que pretende señalar el fraude, suele señalar el comportamiento normal al realizar un examen, e incluso puede señalar el comportamiento de algunos grupos marginados con mayor frecuencia. Durante el examen de abogacía de Octubre de 2020, ExamSoft señaló a más de una tercera parte de los examinados, es decir, a casi 3200 personas. La revisión humana del Colegio de Abogados eliminó casi todas las señalizaciones, dejando solo 47 examinados con sanciones. En diciembre de 2020, el Senado de los Estados Unidos incluso llegó a solicitar información detallada a tres de las principales empresas de supervisión—Proctorio, ProctorU, and ExamSoft—que en conjunto, han supervisado al menos 30 millones de exámenes en el transcurso de la pandemia.

Este año, hemos continuado luchando para proteger los datos privados de estudiantes en manos de compañías de supervisión, y para garantizar que los estudiantes obtengan el debido proceso cuando su comportamiento sea señalado. Hemos observado detenidamente las respuestas de las empresas al Senado y hemos ofrecido nuestra propia y cuidadosa interpretación de cómo estas empresas no han seguido un buen camino. Particularmente, seguimos teniendo un gran problema con el doble lenguaje utilizado por las empresas, que afirman que sus servicios no detectan fraude, sino sólo comportamientos aberrantes, y que se requiere revisión humana para determinar si hay fraude ¿Por qué entonces muchas de las empresas ofrecen un servicio netamente automático? Simplemente no es posible implementar ambos modos.

Tras ser criticada, ProctorU, una de las mayores empresas de supervisión en línea, anunció en mayo que dejaría de vender servicios de supervisión totalmente automatizados. La empresa admitió que “sólo un 10% de los profesores revisan el vídeo” de los estudiantes que fueron señalados por las herramientas automatizadas, dejando las calificaciones de la gran mayoría de los examinados a merced de algoritmos sesgados y defectuosos. Es una gran victoria, pero no resuelve todos los problemas. La revisión humana por parte de las empresas pueden dar lugar a que los profesores y administradores ignoren aún más posibles señales falsas, ya que confían aún más en que las empresas tomen las decisiones por ellos.

Debemos continuar escrutando cuidadosamente el peligro que corren los estudiantes cada vez que las escuelas subcontratan responsabilidades académicas a herramientas de terceros, algorítmicas o de otro tipo. Y esperamos que los legisladores empiecen a controlar la recopilación innecesaria de datos por parte de las empresas de evaluación con una legislación con más sentido conún en este nuevo año.

El nuevo Compromiso de Privacidad de los Estudiantes hecho por el Foro del Futuro de la Privacidad tiene nuevos (y viejos) problemas

El Foro del Futuro de la Privacidad (FPF) lanzó originalmente el Compromiso de Privacidad de los Estudiantes en 2014 para alentar a las compañías de tecnología educativa, que a menudo recolectan datos muy sensibles sobre los estudiantes de K-12, a tomar acciones voluntarias para proteger la privacidad. En 2016, criticamos el Antiguo Compromiso después de que alcanzara 300 firmantes, para consternación de la FPF.

Este año, revisamos cuidadosamente el nuevo Compromiso de Privacidad, y lo encontramos igualmente deficiente. Esto es importante ya que las escuelas, estudiantes, y padres pueden creer que una empresa que cumple este compromiso está protegiendo la privacidad, cuando en realidad no es así. El Compromiso de Privacidad de los Estudiantes es un programa de autorregulación, pero los que deciden firmarlo se comprometen a hacer promesas públicas que pueden ser aplicadas por la Comisión Federal de Comercio (FTC) y los fiscales generales estadales en virtud de las leyes de protección de los consumidores, pero esto no es un consuelo cuando el compromiso ****se queda tan corto, y porque las acciones de ejecución en contra de las compañías de tecnología educativa por violar la privacidad de los estudiantes han sido escasas y poco frecuentes.

El nuevo compromiso se ****tropieza de diferentes maneras. En resumen: Está lleno de terminologías inconsistentes y no define los términos materiales; carece de claridad sobre qué partes de una empresa que firma el compromiso deben cumplirlo; deja abierta la incógnita de si las empresas que actualizan determinadas políticas de privacidad deben notificarlo a las escuelas; establece una serie de excepciones poco claras para las actividades realizadas con “fines educativos/escolares autorizados”; no define ninguna clase de estándar mínimo para los recursos que las empresas deben ofrecer a las escuelas sobre el uso de sus herramientas de forma que protejan la privacidad; y no ofrece ninguna orientación en cuanto a los requisitos de privacidad por diseño que, por otra parte, expresa que una empresa debe cumplir.

La EFF no se opone a los mecanismos voluntarios como el Compromiso de Privacidad de los Estudiantes para proteger a los usuarios—si funcionaran claro está. La FTC rara vez impone acciones de ejecución enfocadas en la privacidad de la población estudiantil, y las brechas en el compromiso no ayudan. Esperamos que la FTC y los fiscales generales del estado estén dispuestos a hacerlo cumplir, pero hasta los momentos, su utilidad ha sido poca y los vacíos que hay no ayudan.

La tecnología disciplinaria no va a desaparecer

Aunque hemos avanzado en la protección de la privacidad de los estudiantes durante la pandemia, las amenazas no han desaparecido. Peticiones y otras campañas han ayudado a las escuelas y a los estudiantes, pero todavía estamos presionando para que Canvas, Blackboard y otras herramientas de aprendizaje en línea aclaren la exactitud de sus registros. Y nos alegramos de que el Colegio de Abogados de California ofrezca este año la posibilidad de rehacer el examen de forma gratuita y de ajustar las puntuaciones de los afectados por la experiencia de 2021—No obstante esto se produce luego de que el Colegio haya firmado un largo acuerdo con ExamSoft. La supervisión debe ser controlada, y utilizada cuidadosamente; y los únicos datos que deben ser recolectados de los estudiantes deben ser los requeridos para ofrecer los servicios de supervisión.

La EFF dedicó recursos adicionales a la privacidad de los estudiantes este año, y nos alegramos de haberlo hecho. Hemos aprendido mucho sobre lo que se necesita para resistir la vigilancia escolar, defender la libertad de expresión de los jóvenes y proteger la privacidad de la población estudiantil—y seguiremos luchando en 2022. Si te interesa saber más sobre cómo proteger tu privacidad en la escuela, echa un vistazo a nuestra guía de autodefensa de la vigilancia para estudiantes.

Este artículo forma parte de nuestra serie "Resumen anual". Lea otros artículos sobre la lucha por los derechos digitales en 2021.

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